Las imágenes pueden representar tanto aquellas cosas que existen en la realidad como las que nunca han existido. Desde esta perspectiva podremos comprobar el grado de semejanza entre una imagen y el objeto representado, así como su grado de originalidad.
La interpretación de la realidad es siempre modificada por su creador, por la técnica y por lo que interpreta de ella el observador.
Desde el punto de vista del creador, podemos entender una imagen como la representación e interpretación de algo que no está presente, y que puede generar sensaciones y comunicar algún mensaje. Mientras que, desde el punto de vista del observador, es éste el que le atribuye significados que pueden estar presentes o no en la obra.
Para saber más acerca de estas cuestiones empezaremos por la iconicidad.
ICONICIDAD - ABSTRACCIÓN
En la elaboración de las imágenes pueden elegirse distintos grados de verosimilitud en la representación: desde la mimesis absoluta hasta casi la abstracción.
Llamamos iconicidad al grado de parecido entre la realidad y su representación. En relación con la iconicidad aparece el concepto de figuración, entendido como el grado de parecido referido únicamente a la forma.
El medio o la técnica condicionan con su resolución la máxima iconicidad. Pero el grado de iconicidad no es determinante para la identificación de la imagen, dado que su reconocimiento suele ser suficiente para la comunicación.
Según las necesidades comunicativas, el aumento de iconicidad, más allá del reconocimiento de la imagen, interfiere en su comprensión rápida y clara (por ejemplo, la silueta de un perro o la de un caniche.) La elección del grado de iconicidad es una de las decisiones más importantes de un diseñador gráfico.
Existen diversas escalas de iconicidad, aunque todas se ordenan según su grado de abstracción. Las más conocidas:
ESCALA DE ICONICIDAD GRAFICA DECRECIENTE O DE ABSTRACCIÓN CRECIENTE (de Abraham Moles)
Máxima iconicidad.
1.- El propio objeto natural. Una manzana.
2.- Modelo bi-tridimensional a su tamaño. Una manzana de plástico.
3.- Modelo bi-tridimensional reducido o aumentado. Una maqueta de un edificio, globo terráqueo.
4.- Fotografía en color o proyección realista sobre un plano. Fotografía de una revista. Cartel.
5.- Fotografía en blanco y negro, dibujo. Perfiles dibujados. Catálogos.
6.- Esquemas anatómicos o de construcción. Mapa, corte anatómico.
7.- Vista o sección en alzado. Sección de un edificio.
8.- Esquema de funcionamiento. Geometrización. Red eléctrica. Plano del metro.
9.- Organigrama. Organización de una empresa.
10.- Esquema de formulación. Fórmulas químicas desarrolladas.
11.- Esquemas de fuerzas o espacios complejos. Vectores de tensión en una estructura metálica.
12.- Descripción en palabras o ecuaciones algebraicas. Signos puramente abstractos sin conexión imaginable con el objeto real.
Máxima abstracción.
ESCALA DE ICONICIDAD GRÁFICA DE JUSTO VILLAFAÑE
(Introducción a la teoría de la imagen, Ed. Pirámide, Madrid 1985)
Máxima iconicidad.
11.- El objeto natural.
10.- Modelo tridimensional a escala. Existe identificación, pero no identidad.
9.- Imágenes estereoscópicas. Un holograma.
8.- Fotografía en color.
7.- Fotografía en blanco y negro.
6.- Pintura realista. Las Meninas.
5.- Representaciones figurativas no realistas. Un dibujo de Quino o Mingote.
4.- Pictogramas. Se representa sólo la forma y la orientación.
3.- Esquemas motivados. Organigramas.
2.- Esquemas arbitrarios. Señal de aparcar, ceda el paso.
1.- Representación no figurativa. Una palabra, una obra de Pollock.
Máxima abstracción.
El mayor grado de iconicidad de un objeto lo tiene el objeto mismo. Cuanto más abstracta sea una imagen con respecto al objeto que representa, menos icónica es.
A medida que la imagen deja de parecerse al objeto representado, podemos observar ciertas dificultades en su descodificación. Hay elementos y signos que no son comunes para la mayoría de los espectadores. El arte abstracto supone una ruptura con el modo de ver de una parte de la sociedad que está “afiliada” estéticamente a las reproducciones más o menos fieles de la realidad.
Los publicistas utilizan signos que no tienen una analogía directa con el objeto representado, pero sí tienen un sentido simbólico compartido, a nivel consciente o inconsciente, por la mayoría de los receptores.
En los pictogramas, como imagen abstracta, se ha perdido iconicidad en beneficio de una significación y de un valor operativo. Ya no representa el objeto, representa su significado.
SIMPLICIDAD-COMPLEJIDAD
Las imágenes simples requieren poca atención para ser analizadas.
Una imagen compleja requiere más atención y más tiempo de dedicación para su análisis.
Pero complejidad no significa tener muchos elementos, y viceversa, una imagen simple no necesita pocos elementos.
El nivel de complejidad está vinculado a:
Grado de iconicidad.
Carácter histórico de la representación.
Valor económico, social, político, cultural, etc…de los objetos que aparecen en la
imagen.
Relaciones de los elementos entre sí: composición.
Contexto.
MONOSEMIA-POLISEMIA.
Hay imágenes que tienen un significado obvio y único, no ofrecen al espectador la posibilidad de descubrir otros sentidos distintos al que aparece representado. Son las imágenes monosémicas.
Sin embargo, normalmente se juega con la alternancia cuidadosamente medida de las imágenes son significados obvios y ambiguos: imágenes polisémicas. La mayoría de las imágenes nos dicen cosas más allá de las que realmente muestran.
En una imagen, la combinación de ciertos elementos provoca en el receptor que la interpreta distintos tipos de asociaciones. Si modificamos uno sólo de ellos, alteramos el significado de la totalidad.
La publicidad suele utilizar imágenes que reducen el nivel de ambigüedad cuando se desea imponer un producto en el mercado y/o cuando se pretende destacar sus características. Pero normalmente se recurre a imágenes polisémicas estudiadas con anterioridad y que ofrecen distintas interpretaciones, de acuerdo al grupo social que las recibe.
ORIGINALIDAD-REDUNDANCIA.
Una imagen puede estar formada por elementos nuevos o por elementos repetidos. En el primer caso, la imagen es original, en el segundo caso, es redundante.
La originalidad se logra realizando un planteamiento que no responda a los tópicos y estereotipos ya establecidos.
Algunos de los elementos que hacen que una imagen sea original, son:
Las características del destinatario.
El grado de iconicidad. Si es excesivamente abstracta, puede provocar interferencias o
ruido en la incorrecta descodificación del mensaje.
El contraste que se pretende alcanzar respecto a otras imágenes sobre el mismo tema.
La composición (o sintaxis) determina su interpretación.
Los objetos se presentan de forma no esperada por el receptor.
La utilización del color responde a criterios estéticos específicos.
El punto de vista elegido ofrece una visión distinta de los objetos.
La finalidad del mensaje.
La creatividad de los autores.
DENOTACIÓN-CONNOTACIÓN
La denotación es lo que literalmente nos muestra una imagen, es lo que percibimos inmediatamente.
En la lectura denotativa de la imagen enumeramos y describimos lo que aparece representado, sin hacer valoraciones personales de ningún tipo.
La connotación no nos es mostrada, no es observable directamente y tampoco es igual para todos los espectadores. Está estrechamente ligada a un nivel subjetivo de lectura.
Hay imágenes que pueden tener aproximadamente un sentido similar para todos sus lectores; otras, sin embargo, de carácter muy abierto, ofrecen interpretaciones diferentes entre sus destinatarios.
Los valores, las normas sociales, el aprendizaje, entran en juego en este nivel de análisis. Las experiencias previas y el contexto permiten una serie de asociaciones y proyecciones particulares en cada individuo.
Una persona otorga a un mensaje un valor connotativo determinado, en función de su propia ideología.
Esta lectura es significativa en un momento determinado de una sociedad, pues el espectador reconoce elementos (la actitud, la expresión, los colores…) que asocia a su entorno.
Algunas
formas de crear connotaciones:
Retoque fotográfico, antiguamente el trucaje fotográfico.
La belleza, la alegría, la juventud. La luz.
El éxito.
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